momentos graciosos a trabajo |
Laura Capote recién cumplió sus 22 años de edad. Dejó los estudios después que terminó el bachillerato. Ahora tiene un nuevo trabajo: se ofrece en las autopistas periféricas que bordean la Ciudad de La Habana.
Sus clientes: conductores de vehículos que detienen la marcha, a la señal que hace con sus manos. Brinda varios servicios sexuales y por cada uno tiene una tarifa fija en moneda nacional.
Yadira Gonzales tiene 21 años y se dedica a lo mismo. Estudia en la Universidad de La Habana su cuarto curso de la Licenciatura en Historia. Se insinúa en las calles más importantes de la ciudad: Quinta Avenida, La Rampa, El Paseo de Prado.
Para llamar la atención de sus clientes, extranjeros en su mayoría, viste ropas llamativas y sensuales. Seduce con gestos y miradas eróticas. A diferencia de Laura cobra por los servicios en moneda libremente convertible y no le pone precios fijos.
Laura Capote y Yadira Gonzales, forman parte de esa juventud revolucionaria que tiene oportunidad de estudio y trabajo. Ambas ejercen la prostitución como un medio de vida. Sin embargo, no llaman por igual la atención de las autoridades policiales.
habaneras a malecon |
El sistema legal cubano no prohíbe la prostitución. No obstante, la reprime por considerar ilegales determinadas actividades asociadas a ella, como administrar un burdel o ejercer el proxenetismo. Sin embargo, la recriminación depende más de factores políticos- económicos que sociales.
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